Las políticas educativas mexicanas
en el reto de la internacionalización[1]
"La educación ya no está
confinada a la "enseñanza", con sus emplazamientos institucionales
especializados y locus biográficos específicos. La individualización y la
normalización disciplinaria de la enseñanza pretendían establecer, de una vez
por todas, las capacidades y competencias de la ciudadanía social. Pero han
surgido una serie de obligaciones educativas nuevas que no están confinadas de
la misma manera en el espacio y en el tiempo. El nuevo ciudadano precisa
participar en un trabajo continuado de formación y reciclaje, adquisición de
destrezas, perfeccionamiento de credenciales y preparación para una vida de
búsqueda incesante de empleo, la vida se ha de convertir en una continua
capitalización económica de uno mismo"
(ROSE, 1999: 160-161).
(ROSE, 1999: 160-161).
Introducción
La
intención primera es mostrar que la definición
de los problemas de política pública en el ámbito educativo se genera a partir
de las tendencias de los cambios internacionales, con un acento remarcado en
adoptarlas y no adaptarlas a la
realidad educativa de México, desde una perspectiva de investigación de
políticas, la cual fortalece la toma de decisiones basada en evidencias en el
ámbito educativo. La segunda intención es
analizar cómo la dinámica de cambio es lo que genera la continuidad
de las políticas para mejorar y perfeccionar la capacidad de intervención del
gobierno para la resolución de los problemas en el ámbito educativo,
enfatizando que los cambios educativos requieren tener asidero en lo
permanente, en lo perenne que son los valores trascendentes, con una
perspectiva integral e integradora y de aquí la implicación ética de las
políticas educativas. Y por último, reflexionar
el papel de la gobernanza[2]
global en educación, enfatizando el papel protagónico de los organismos
internacionales en el ámbito educativo, específicamente en los últimos veinte
años de la OCDE reconocido como un organismo internacional especializado en
estudios comparativos de los sistemas educativos de sus países miembros, a
partir de los cuales emite sus <<recomendaciones>> bases esenciales para la construcción de la agenda política del
sistema educativo mexicano. Se concluye enfatizando la tarea esencial de la
política educativa en México, la cual requiere de una perspectiva de integralidad de los elementos
constitutivos del sistema educativo mexicano, constituyendo una prioridad a la
cultura del aprendizaje, con la finalidad de ponderar de forma significativa los aspectos eminentemente pedagógicos, del
sistema educativo mexicano.
1. Mundialización[3]
de los saberes y las políticas públicas
Exigencias actuales en educación
La
visión hegemónica de la globalización ha impregnado las principales cuestiones
y decisiones de la política educativa, para responder a tendencias de cambios
internacionales manifiesta en un mercado mundial de la educación, en donde
impera la convergencia y la flexibilidad curricular, (Proyecto Tuning) centrada
en competencias genéricas (Universidad de Deusto, Bilbao) y con ello la
mundialización de los saberes. El acceso y la equidad por medio de la inclusión
y el planteamiento de políticas públicas para la inclusión, con la finalidad de
abatir la deserción y el abandono escolar, estableciendo prioridad para la
educación de las niñas. La búsqueda de un balance entre financiación pública y
privada de la educación. Medidas para la descentralización de la educación y la
delegación de funciones del poder federal a los poderes estatales. Énfasis del
currículo escolar para su vinculación entre los diferentes niveles educativos,
con la inclusión de la enseñanza del inglés y la tecnología. Las nuevas formas
colegiadas de dirección y gestión de los procesos académicos y administrativos
de la educación. Atención prioritaria a
la calidad educativa con base en una estrategia gubernamental de
modernización de la gestión del sistema educativo nacional, con base en el
modelo de la Nueva Gestión Pública que se origina en el Reino Unido y en
Estados Unidos en los años ochenta, que pondera una nueva gestión, centrada en
la eficiencia, eficacia y calidad, con base en la profesionalización de la
burocracia para la formulación, regulación y supervisión de las políticas
públicas; la descentralización en la prestación de los servicios públicos; una
administración gerencial orientada al control
de los resultados vía la evaluación y la centralidad del ciudadano como usuario
de servicios públicos.
La
instrumentación de una <<cultura de
las competencias>> que genera una nueva lógica de la transposición
didáctica de Chevallard (1985) cuya propuesta era transponer los conocimientos
cultos en conocimientos enseñables, el docente selecciona los conocimientos,
los simplifica, tanto conceptual como lingüísticamente y los programa, mientras
que Denyer (2007) propone enseñar a partir de los problemas que afronta el
estudiante, ya no se describen los programas con base en los conocimientos sino
en términos de actividades, de tareas que el estudiante tendrá que resolver. La gestación de una <<cultura del aprendizaje>> (Delacote:
2004)[4] la
cual exige centrar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el estudiante como
constructor de su propio proceso de aprendizaje, con innovaciones fundamentadas
en procesos y operaciones mentales, representando el reto para la cultura de las competencias. Asimismo la <<cultura de la evaluación>>[5]
la cual representa el desafío para
la cultura de las competencias, ante las pedagogías y las evaluaciones
estandarizadas nacionales e internacionales, así como transitar de la cobertura
a la calidad en el sistema educativo mexicano desde párvulos hasta doctorado, generado
una dinámica de cambio y continuidad en algunas políticas educativas
Lo
anterior, son algunos de los aspectos que las políticas educativas
internacionales han <<recomendado>>
a los sistemas educativos, para transformar los sistemas educativos
mundiales.
Aspectos
disímbolos, carentes de un orden pedagógico-didáctico, puesto que el fin es dar
una respuesta a los procesos económicos, desde la educación (INNERARITY: 2011).
En
la mundialización, globalización o internacionalización, la apertura de los
sistemas educativos obedece a cuatro tipos de motivos:
1)
una mayor competencia (sólo que esta vez a nivel de naciones) a fin de
establecer un control sobre las competencias básica, genéricas y específicas en
las que es necesario formar
2)
una mayor flexibilidad de los sistemas educativos, al desarrollar los programas
en línea
3)
un flujo constante de inversiones e intercambios educativos, de académicos, de
estudiantes por medio de convenios institucionales
4)
un crecimiento exponencial de empresas educativas multinacionales, como
resultado de fusiones y adquisición de instituciones educativas
Desde
la internacionalización se han desarrollado ritmos crecientes de innovación
educativa. De lo que se trata es de pensar localmente, pero de actuar en cambio,
siempre, de manera global.
El
análisis estructural de todo sistema educativo exige que los cambios pertinentes se generen
considerando sus seis elementos constitutivos, en un orden prospectivo:
Finalidades, metas y objetivos; Organización Administrativa; Estructura
Pedagógica; Contenidos Educativos; Estrategias didácticas y los Perfiles de los
actores del proceso enseñanza- aprendizaje.
El
cambio en educación es la exigencia
actual. Cambiar uno o dos aspectos de los seis que estructuran el sistema
educativo se reduce a una simple <<innovación>>;
cambiar tres o cuatro elementos del
sistema se realiza una <<reforma>>;
y una transformación de todos y cada uno de los seis elementos se identifica
como <<revolución
educativa>>.
La
tarea de la política educativa es desarrollar la capacidad para adaptarse al
contexto de los grandes cambios derivados de los procesos de la globalización
neoliberal y de los discursos ideológicos con los que se están promoviendo por
todos los países. En la propuesta de François JULLIEN de la <<transformación
silenciosa>>[6]
se dan las bases de los cambios permanentes a los que está expuesta la acción
educativa, en las dos últimas décadas. Cambios la mayoría de las veces
imperceptibles con exigencias que los profesionales de la educación no logran asumir porque no lo
han comprendido. Sin embargo, en todo el mundo se están viviendo cambios significativos
que conllevan la exigencia de responder a los cambiantes contextos económicos,
sociales y políticos en el que la educación se desarrolla.
Las <<recomendaciones>>emitidas
por los organismos económicos internacionales, para transformar los procesos
educativos han convulsionado la vida interior de los países, revisando sus normativas
legales, constitucionales, en su dimensión orgánica, estructural y funcional.
En
los últimos años, los sistemas educativos de todo el mundo están exigidos a
realizar cambios significativos, en su dimensión orgánica, estructural y
funcional[7], con
la finalidad de ofrecer soluciones y respuestas
plausibles y pertinentes a los
cambiantes contextos económicos, sociales y políticos en el que la educación se
lleva a cabo.
Las
políticas educativas en esta época de la mundialización de los saberes, se han
visto profundamente afectadas por estos acontecimientos, puesto que los
gobiernos nacionales trabajan arduamente para redefinir las prioridades
educativas en función de las demandas intranacionales, así como de las
exigencias de la globalización y por ende de la internacionalización.
Concepto de política educativa
Para
ofrecer una respuesta pertinente a las tendencias de la educación internacional,
es necesario regresar a las bases conceptuales de la política pública. Puesto
que, explicar el sentido de un término permite esclarecer lo que él designa
El
análisis político del sistema educativo mexicano requiere reflexionar y
significar el concepto de política en general, con la finalidad de dimensionar
su responsabilidad. El diccionario de la
lengua española define <<política>> como <<arte, doctrina
u opinión referente al gobierno de los Estados>>. Y también, como
<<actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos>>.
En el ámbito concreto de la política educativa, política se entiende como
<<la acción dirigida a promover el buen funcionamiento de los procesos educativos>>. Esta definición tiene el
riesgo de diluir la esencia del
concepto de política educativa, puesto que, toda política pública beneficia de
forma directa e indirecta y en última instancia a la educación.
La
política educativa es un conjunto de
intervenciones de los poderes públicos cuyo objetivo es facilitar
recursos –económicos, cursos académicos de formación docente, entre otros- a
personas con responsabilidades formativas para que puedan desempeñar las mismas
en las mejores condiciones posibles.
“Una
política pública [...] una intervención deliberada del Estado para corregir o
modificar una situación social o económica que ha sido reconocida como problema
público”. (MERINO: 2013:17).
Propósito de la política pública en
educación
La
fundamentación de la política educativa incluye los siguientes puntos:
·
Respuesta pública a las condiciones cambiantes
que soporta la educación en la sociedad moderna.
·
Base jurídica de la protección a la
educación recogida en la carta magna de cada país, entre otras fuentes.
·
Relevancia social, humana e instrumental
de la educación, como alternativa de movilidad social
·
Papel fundamental de la educación para
la formación de la inteligencia y la voluntad de las personas
·
Reconocimiento social de los actores del
proceso enseñanza-aprendizaje: docentes y discentes
·
Necesidad de cumplir con los derechos y
obligaciones del estado para ofrecer una calidad educativa
Los principios
generales ideales inspiradores de la política educativa
consideran la libertad de elección, la racionalidad y el realismo en el reconocimiento de la
educación y de otras alternativas de formación, el carácter integral e
integrador de su diseño y la subsidiariedad del apoyo social y público a la
escuela.
Los principios
específicos ideales
consideran la universalidad, la participación, la subsidiariedad, la responsabilidad
pública, la integración de los recursos, la coordinación e integración
interadministrativa, la descentralización y desconcentración, la continuidad y
la estabilidad de las medidas adoptadas.
La
congruencia de la política educativa se encuentra en la búsqueda de la solución
a los problemas que se reconocen como públicos. Un problema en México es el
bajo nivel de rendimiento de los estudiantes y hay ausencia de política pública
que responda a éste.
El
propósito de los estudios políticos está innegablemente relacionado a la
procesualidad del cambio, con una nueva forma de gobernanza en educación.
2. Lo permanente y lo cambiante en
la política pública
Los
cambios educativos generan
la creación de políticas públicas, los estudios sobre política pública
contemplan el devenir de la realidad social, adaptándola a las nuevas
exigencias, para lo cual es necesario considerar el principio de la Filosofía
de Educación: lo permanente y lo cambiante.
El
principio educativo de lo permanente y
lo cambiante está siempre presente
como referente en el análisis social.
Puesto que los cambios se suscitan para adaptarse
a las nuevas realidades educativas, pero asidas en los valores perennes que
ayudan a la mejora y al perfeccionamiento de los sistemas educativos.
Las
principales cuestiones y decisiones de política educativa se realizan desde la
dimensión cambiante de la educación.
Los estudios políticos como campo, están vinculados a los procesos de cambio.
La
política educativa tiene su asidero en lo <<permanente>> de la
educación que es su esencia y los
valores trascendentes perennes de
verdad, bondad, belleza y unidad o congruencia de vida.[8] Lo
permanente es lo que está de acuerdo con lo real mientras la realidad no
cambie, la esencia y los valores que sustenta la auténtica política pública
tampoco cambiarán. En lo <<cambiante>> -que hace referencia a lo
dinámico-, los cambios serán buenos si se basan en la verdad. Ante lo cambiante
es esencial conocer el bien objetivo y por qué ése y no otro, para fundamentar
el fin hacia el cual guiamos a los educandos.
Ética de las políticas públicas en
educación
Desde
la ética de la política pública, el criterio educativo para todas estas
innovaciones y su devenir en lo cambiante, debe ser la búsqueda de la verdad,
sin subjetivismos.
Es
por medio de la política como los gobiernos buscan la transformación para la
adaptación al cambio de los sistemas educativos. La política con carácter
prospectivo imagina los cambios, crea el futuro de la transformación, sustenta
las soluciones en la búsqueda de resultados que den evidencia del cambio y sus
procesos de adaptación a la nueva realidad económica, política y cultural que
se suscita en un mundo convulsionado por la exigencia de los cambios constantes
en todas las dimensiones.
Una
política guía la comprensión y la acción de las propuestas educativas al
producir y modelar el cambio. La política busca representar su futuro imaginado
o deseado como un interés público o que representa un bien público. Las
políticas se crean como respuesta a problemas percibidos en el ámbito
educativo. La política brinda soluciones a los problemas que se reconocen como
públicos.
La
clave es identificar ante el cambio constante, cuáles son los problemas
actuales que necesitan ser resueltos por medio de la política.
La
política pública en educación es una acción que emplea la autoridad
gubernamental para asignar recursos para respaldar un valor privilegiado. En
cualquier política hay una red de decisiones que designan valores.
La
ética pública, está presente en toda toma de decisión, para la creación y el
diseño de política pública, subyacente a la voluntad de la persona, puesto que,
el éxito depende de las capacidades y las voluntades de quienes las crean, las
diseñan y las instrumentan. La política pública nunca se limita a ser. Existe
en un permanente devenir. Aunque no existe un código de ética, resulta inaceptable que apelando a la eficiencia y
a la eficacia se adopten decisiones que no beneficien a las soluciones que
requieren los problemas públicos. Toda política pública implícitamente conlleva
el valor que se manifiesta en puesta en acción en congruencia. Las políticas
fracasan cuando solamente buscan resultados, sin considerar los procesos
imbuidos de valores personales y sociales en la búsqueda del bien común.
Innegablemente que genera controversia la incuestionable presencia de los
valores que están presentes en las políticas públicas, por lo que se requiere
presentarlos y dialogarlos con claridad. La política pública excluye juicios de
valor, puesto que su devenir está en constante proceso de rehacerse. La ética
en la política pública manifiesta los valores que se toman en cuenta y su
significatividad en la toma de decisiones, así como su vinculación en la toma
de decisiones, puesto que la búsqueda del bien mayor exige hacer la mejor
elección, puesto que la puesta en acción de la política pública implica asumir
las consecuencias de las acciones en marcha. Toda política pública implica
esencialmente: responsabilidad, respeto y solidaridad.
Es
en última instancia, la <<ética de la responsabilidad>> definida
por Max Weber basada en los resultados y el compromiso de los responsables con
los efectos de las decisiones. Puesto que la ética de la responsabilidad es una
ética de compromisos y una ética afincada en las consecuencias de esos
compromisos, al ser estos los principios de un gobierno democrático.
La
política pública está llamada a honrar sus atributos de orden eminentemente
ético[9]estableciendo
un orden de prioridades con principios eminentemente pedagógicos, en este caso
concreto de política educativa. Por lo anterior, la ética de la responsabilidad
alude a que lo que se dice, hace o decide en política pública afecta a todos.
La democracia gana calidad cuando desde el espacio público se delibera sobre el
contenido y la pertinencia de las leyes y de las políticas de la forma en que
se integra el poder y también sobre el modo como se ejerce. Esta es la
congruencia ética de las políticas educativas. “La ética pública ofrece las
referencias de valor que le dan un sentido
plausible a las políticas públicas: la responsabilidad, el compromiso inequívoco
con el espacio público y la garantía de protección a los derechos y
especialmente, a los fundamentales” (MERINO, 2013:170).
Políticas públicas para
la mejora y el perfeccionamiento del sistema educativo mexicano, es lo que se
requiere.
La
selección de las acciones para la implementación de la política pública está imbricada
a una posición ética, puesto que, la relación es estrecha entre los valores
y las acciones y medios que se emplean en el proceso de la
puesta en marcha en las políticas educativas, esta relación es lo que
proyectará la mejora y el perfeccionamiento del sistema educativo.
El
Estado es la organización responsable de ofrecer un tiempo, igualdad y justicia
en el largo plazo, fundamentado en valores de otra forma la política educativa
pierde su sentido, la validez y congruencia de ésta en función de una
argumentación válida, la ética política es esencial en la toma de decisiones
para la afirmación de los valores públicos, demostrando capacidad de adaptación
y compromiso con los valores asumidos en los programas de acción.
La
prioridad es la inclusión del análisis de los valores que están detrás de la
adopción de una política educativa y su congruencia con las acciones que se
desprende de ella.
Las
políticas implican la asignación autorizada de valores y estos son asignados
con diversos propósitos
La
forma como se formulan los problemas políticos en los diversos contextos, así
como por los discursos en los que establecen las políticas ayudan a
posicionarse, la tarea es entender los discursos para captar mejor el texto
político real, la clave es la “intertextualidad” referida a la remisión
específica y explicita a otros textos políticos, aunque también a la referencia
implícita de otros textos en el uso repetido de las palabras, frases y
conceptos.
El
“imaginario social” también es vital considerarlo, puesto que, no todas las
políticas se encuentran en los discursos, sino también en los imaginarios que
son decisivos en los pensamientos sobre cómo podrían ser las cosas si fueran
diferentes a lo que son ahora. Fundamento imperativo de las políticas:
“explicitas o implícitas”, presentes o no en los documentos normativos, que
rigen los contextos, los actores, los procesos y los resultados, como base de
una evaluación institucional.
Objetivo y propósitos de la
política educativa
El
objetivo de las políticas es asegurar la consistencia en la aplicación de
normas y valores autorizados en diversos grupos o comunidades: son elaboradas
para formar consenso con un propósito educativo.
Tres
son entre otras las características esenciales para la aplicación de una
política:
1.
la claridad de los objetivos de la política y su potencial para una operación
efectiva
2.
La complejidad de la estrategia de implementación concebida
3.
el compromiso de financiar la política y su aplicación
Una
política pública en esencia requiere del compromiso para su implementación, ser
respaldada por recursos financieros así como de mecanismos efectivos de
evaluación para asegurar el cumplimiento
de sus objetivos.
Las
distinciones entre políticas simbólicas o materiales, racionales o
incrementales y distributivas y redistributivas corresponderán con el propósito
de la política y su uso de la política como un instrumento para contener las
exigencias políticas, orientar la opinión pública y afirmar la importancia
simbólica de ciertos valores
Proceso metodológico de la política
pública
1.
Detección y definición del problema reconocido como público
2.
Explicación de sus valores, metas y objetivos. Decisiones sobre los valores que
han de ser asignados por medio de una determinada política
3.
Identificación de opciones para conseguir las metas y objetivos en línea con
los valores
4.
Evaluar las opciones con base en un análisis de costo-beneficio
5.
Seleccionar un curso de acción. Impacto de la disposición organizativa y
burocrática sobre dicha política
6.
Desarrollar una estrategia de aplicación
7.
Evaluación de la política aplicada basada en la evidencia que caracteriza al
modelo clásico
8.
Modificación del programa a la luz de la
evaluación
3. Gobernanza global en la
educación.
Los
cambios en la parte orgánica, estructural y funcional asociados a la transición
desde gobierno a gobernanza,[10]
ha implicado que un gran número de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales
que existen por encima de la nación
ahora tienen repercusiones políticas dentro de las naciones y de los sistemas
educativos nacionales. Esto constituye las nuevas políticas escalares, que son
primordiales para las nuevas formas de gobernanza educativa. Aunque es cierto que existen
gobiernos en las naciones que supuestamente controlan las agendas políticas.
Con
la gobernanza diversas organizaciones internacionales han cobrado relevancia:
Banco Mundial, UNESCO, entre otras. La globalización ha cambiado el papel de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo (OCDE).[11]
El
papel decisivo de la OCDE en la educación se destaca por tres aspectos
fundamentales: primero, por el papel
de liderazgo que ejerce en las <<recomendaciones>> que se emiten
para los sistemas educativos, puesto que la OCDE no le dice a los mexicanos que
hacer con la educación sino que están haciendo los demás países respecto de los
retos que tiene México, puesto que, los retos y oportunidades de la
internacionalización constituyen la máxima prioridad de los políticos en los países
de la OCDE, al considerar a la educación como un “instrumento” de desarrollo
económico más eficiente, asegurando una mayor responsabilidad por parte de los
sistemas educativos formando personales sociales que perciban el mundo como un
espacio interconectado en el que las redes de información juegan un papel
crucial en la activación del mercado: capitalismo cultural.[12]
Este papel decisivo de la OCDE la conduce a darle una relevancia fundamental a
los aspectos educativos. Puesto que, se considera a la educación con un papel
dominante para la formación de capital humano. Y segundo el hecho de que la OCDE desde su organización orgánica,
estructural y funcional ha enfatizado su tarea con más recursos a la
recolección de datos de rendimiento comparativo
en aspectos educativos. La competitividad internacional la ha centrado en
cuestiones de orden eminentemente comparativo,
con la finalidad de ayudar a afrontar los retos y desafíos sobre todo en
economías emergentes o en los bloques supranacionales para llevarlos a la
habilidad política e institucional con base en conocimientos técnicos,
apoyándose en una colaboración con el Banco Mundial y la UNESCO en el
desarrollo de un proyecto de indicadores de educación mundial, con base en
datos educativos comparativos sobre economías
en transición y en vías de
desarrollo, por medio de las redes internacionales, así como por agencias y fuerzas
nacionales y con ello se constituye la nueva gobernanza: cooperación
multilateral generando flujos de información[13] y
por ende las organizaciones internacionales han adquirido mayor poder e
influencia que nunca, destacando como actores políticos esenciales, en especial
la OCDE, participando en las agendas políticas o con su trabajo de estadística
técnica, para la construcción de cuadros de yuxtaposición que generan
comparaciones válidas para inspirar a otros países de lo que se hace, de cómo
se hace, que es uno de los propósitos esenciales de la Educación Comparada.
Y
en tercer lugar la medición
educativa creado por la OCDE por medio de los indicadores y mediante su
<<Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos>> (PISA) su
objetivo es la búsqueda de la calidad de los sistemas educativos, por medio de
la evaluación del rendimiento educativo comparativo internacional.
Reflexiones finales
Las
tareas pendientes de la agenda política en el ámbito educativo son de orden
eminentemente pedagógico: centralización del diseño curricular, el cual tiene
la exigencia de lograr su vinculación en los procesos de escolarización, con
base en contenidos pertinentes, sobre todo en el nivel medio superior (RIEMS
2008); diseño de los libros de texto, con base en los aprendizajes básicos;
regulación de la formación continua de los docentes, centrada en la formación
humana acorde a su vocación y lo esencial la evaluación del sistema educativo
sin reduccionismos ni limitaciones.
Los
cambios en educación, ya sean de innovación, reforma o revolución educativa, no
pueden carecer de base pedagógica y quedarse sólo como acuerdos políticos o
cupulares.
Las
presiones del rendimiento aún son restrictivas, con efectos reduccionistas en
las pedagogías y propósitos de la enseñanza. La apremiante necesidad de un
nuevo marco de política educativa es un desafío a los puntos de vista
limitantes de la educación.
La
política educativa requiere ser globalizada y desparroquializada de manera
diferente, puesto que, los mismos principios se adaptan a la realidad social de cada sistema educativo.
Es
necesario reconsiderar el significado de los valores de la eficiencia equidad
comunidad libertad seguridad que hasta ahora han respaldado todas las políticas
públicas, incluyendo la política educativa, con la finalidad de reconsiderar
que la persona humana si es un ser social y cultural además de económico,
imaginando las posibilidades de pensar a escala local, nacional y global.
En
política educativa no hay respuestas correctas, sólo argumentos para tomar
decisiones, toda política pública que atiende un problema que se considera como
público. Toda política pública se vinculan a una posición ética, por ende, toda
política es una afirmación de valores, ninguna política es neutralmente ética.
El
cambio hacia la calidad y la equidad está en función de dos tipos de reformas,
y por tanto de dos tipos de agenda una política (politics) y otra de políticas
(policy).
El
impacto de las políticas públicas en educación han tenido un cambio incremental
(LINDBLOM: 1979) “salir del paso”. Sin resultados en el logro educativo con
evidencias de ENLACE como prueba nacional y PISA en el orden internacional.
Las
políticas educativas se han implementado de forma vertical de arriba hacia
abajo y homogéneamente, sin marcar diferencias del México pluricultural, falta buscar la unidad
en la diferencia.
La
rectoría de la educación por el Estado implica
el compromiso con voluntad de los actores, los procesos y los
resultados, sin reduccionismos de falta de información con claridad y de
estrategias formativas para los actores del
proceso enseñanza-aprendizaje.
El
impulso e impacto de las organizaciones internacionales es el desarrollo de la
gobernanza con pertinencia atendiendo a las necesidades reales y no sólo a las
demandas, con exigencia para pasar de la cobertura a la calidad educativa.
México
requiere una reforma política en educación centrada en el APRENDIZAJE con
perspectiva integral e integradora de todos y cada uno de los elementos
constitutivos de todo sistema educativo.
Una
educación que sólo proporciona herramientas para desarrollar una habilidad
intelectual, se convierte en un reduccionismo pedagógico que debe enfrentarse
con el antídoto de una educación integral, que ofrezca la posibilidad y las
alternativas educativas para entender el fin de la persona: la auténtica
educación abierta a lo trascendente. Esta orientación requiere reforzar a la
escuela en su condición fundamental de productora crítica de sentido y contribuir
a que lo pedagógico no sea una mera dimensión técnico-instrumental, sino
centrarse en todas las capacidades específicamente humanas: inteligencia,
voluntad y afectividad que ayuden al aprendizaje personal. Es indispensable
rescatar para lo anterior la trascendencia de los procesos de enseñanza y de
aprendizaje como instancias de producción dialógica, colectiva y de negociación
político-cultural.
La
educación nacional e internacional no puede centrarse en improvisaciones y sin
capacidad para definir procesos de consolidación, la transformación en los
procesos educativos son muy lentas y no se pueden modificar cada sexenio,
porque se crean políticas de gobierno y no políticas de estado.
Bibliografía
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el análisis político, México:FLACSO.
[1] Hasta finales de los años
setenta se hace referencia a la economía internacional y de procesos de
internacionalización de las economías capitalistas. Luego de 1980 se tendrá que
aludir a mundialización económica y la economización del mundo. La
mundialización es el paso de la especialización educativa a la integración de
todos los sistemas educativos. El concepto mundialización impuesto por los
franceses para los sajones es globalización.
La mundialización es una moción compleja y abierta que es preciso comprender en sus múltiples dimensiones: la mundialización como fenómeno total engloba la economía, la política, lo estratégico, lo social, lo cultural, lo educativo, en las relaciones que son propias a cada campo y en las interacciones que se pueden desarrollar entre ellas.
La mundialización es una moción compleja y abierta que es preciso comprender en sus múltiples dimensiones: la mundialización como fenómeno total engloba la economía, la política, lo estratégico, lo social, lo cultural, lo educativo, en las relaciones que son propias a cada campo y en las interacciones que se pueden desarrollar entre ellas.
[2] GOBERNANZA, forma de gobernar
que implica nueva relación del gobierno y la sociedad en la cual los ciudadanos
son considerados como sujetos en el proceso de gobernar, asimismo como un nuevo
proceso de dirección de la sociedad en coordinación y no subordinación.
[3] Económicamente, la
mundialización es una fuerza integradora de distintas economías nacionales. Su
objetivo es multiplicar los intercambios y volverlos más interdependientes: no
hay mundialización económica sin mundialización tecnológica y sin cultura
mundializada. La mundialización de la economía no se realiza plenamente más que
con su otra vertiente: la economización
del mundo.
[4]La cultura del aprendizaje se centra en la capacidad de
autoaprendizaje y de auto organización, éstas a su vez se constituyen en
competencias de alto nivel y en estrategias claves para el futuro. La
utilización de competencias deberán favorecer el surgimiento de “instituciones
de aprendizaje” [learning institutions] aptas para afrontar el esfuerzo de las
personas deseosas de aprender. Goéry Delacote (Les cles du XXIe siécle,
2000:276) ofrece una nueva visión de la enseñanza y del aprendizaje que será
practicada en el futuro teniendo un mejor conocimiento de la cognición humana.
Según él pasaremos muy pronto de una cultura del aprendizaje a una cultura de
aprender.
[5] Cultura de la evaluación
contribuye decididamente a la mejora de la calidad de los contextos, actores,
procesos y resultados, al permitir un conocimiento más riguroso y objetivo de
las instituciones educativas y del propio sistema educativo mexicano,
facilitando la toma de decisiones sobre bases sólidas.
[6]El concepto de transformaciones
silenciosas está concebido como un concepto histórico, estratégico y político:
"el acontecimiento, por muy sobresaliente que aparezca, se encuentra así
reabsorbido tanto en su antes como en su después; por un lado, su prefiguración
nace de las discretas maduraciones, y, por el otro, seguirán todavía durante
mucho tiempo los sobresaltos debidos a la lenta asimilación de la transformación
que se lleva a cabo. La transformación es global... Porque concierne a la vida
del pueblo en su conjunto... En ese sentido, incluso los ámbitos que parecen
menos directamente vinculados con esa mutación -como el sistema educativo y el
modo de selección- son también partícipes de esa modificación. La noción de
transformación silenciosa... Coincide con la de tiempo largo o de duración
lenta, tal como lo concibe el historiador francés Braudel, frente al tiempo
corto del acontecimiento... Cuanto éste se refiere al antropólogos LevI-Strauss
se apoya en las nociones de estructura o de modelo para captar los fenómenos de
<<permanencia>> y de regularidad... El <<silencio>> de
la historia no es la inmovilidad. La concepción de una historia percibida como
transformación continúa en la que los <<desplazamientos
subterráneos>> se estiran en <<silencio>>. Por ende es
necesario favorecer la transformación silenciosa, y meditar sobre la silenciosa
maduración del efecto, los cambios en educación están en una transición
continúa, el buen político en educación hace madurar las condiciones para que
toda la comunidad pueda recoger la cosecha, de un modo natural, sin aspirar a
nada más que a obtener sus resultados. Lo
que implica también deshacerse de la reacción ante los acontecimientos como
sacudidas de la actualidad para responder a las modificaciones, en cuanto se
esbozan, para prevenir el peligro mientras es embrionario y fácil de reducir; o
a favorecer su despliegue en la duración, a largo plazo, para que sea ventajoso
para todos. Es decir, y tanto en uno como en otro caso, intervenir
discretamente sin que apenas se noté, en el nivel de las condiciones, para incidir
en la situación en el sentido deseado, y no abruptamente, con la
espectacularidad de la acción y la urgencia de la reparación.
[7] La dimensión orgánica ofrece
unidad, genera ideas y se marca objetivos para la realización de un proyecto
educativo que dé vida al proyecto personal de vida de cada uno de los
estudiantes del sistema educativo mexicano. La dimensión estructural es donde
radica lo perenne de la educación, sustenta los principios para actuar con
sentido de unidad, procura el bien de todos los elementos constitutivos de todo
sistema educativo, además del cuidado específico de las relaciones entre ellos,
el compromiso del establecimiento de políticas, de los acuerdos y de las normas
institucionalizadas en el sistema educativo mexicano, así como el cuidado
recíproco. Y la dimensión funcional, manifiesta en una red de relaciones:
supervisores, asesores pedagógicos, directores, docentes, padres de familia,
estudiantes en la búsqueda de la eficiencia, la eficacia, la calidad, la
gestión. La educación como ser vivo se desarrolla en tres dimensiones: orgánica,
estructural y funcional.
[8] En el contexto pedagógico, el modelo antropológico-humanista se centra en el
ser humano, en su condición de persona, individual e intransferible. La persona
se mueve principalmente por motivaciones trascendentes que atienden a los
distintos efectos que las acciones generan en quienes las realizan.
[9] En el Acuerdo 592 vigente
propone primero formar al ciudadano y luego a la persona. Desde la Antropología
Pedagógica y la Ética, incuestionablemente primero se forma a la persona.
[10] México se ha caracterizado por
una marcada orientación de la gestión del Sistema Educativo Mexicano hacia una
gobernabilidad con incipientes tintes de gobernanza que responda con
pertinencia ante la democratización en los procesos de decisión.
[11]La OCDE creada en 1961 a partir
de la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) y fundada por
el Plan Marshall por EE.UU. para la
reconstrucción económica de la posguerra europea, la OCDE ha sido reconocida de
diferentes maneras: como un think tank, una
entidad geográfica, una estructura orgánica, un fórum político, una red de
políticos, investigadores y consultores, y una esfera de influencia. La OCDE como actor político y mediador del
conocimiento, con una creciente capacidad para configurar las prioridades
políticas en la educación. Oficialmente se reconoce como una organización
intergubernamental. Asimismo la OCDE ha sido una agencia primordial en el
desarrollo de órganos normativos multilaterales en la educación.
[12] El capitalismo cultural ha dado
un papel fundamental al ranking institucional, en un contexto internacional, y con ello la Educación Comparada
vuelve a estar presente en la internacionalización.
[13] Característica esencial de la
internacionalización, libre flujo de capitales, libre flujo de ideas, libre
flujo de capital humano y por ende la flexibilidad del currículo en específico
en la Unión Europea.